De viaje por Acanceh
Acanceh, municipio de Yucatán
—¡Acanceh tiene todo, donia Way!
—Es cierto, y todavía falta mucho por excavar. Está la Pirámide de los Mascarones, el Templo de los Estucos y hasta un observatorio maya
—Es que lo mayas eran astrónomos; eso todo el mundo lo sabe.
—De la colonia tiene casonas antiguas y dos iglesias del siglo XVII: el Templo y exconvento de Nuestra Señora de Guadalupe y el Templo de Nuestra Señora de la Natividad.
—¡Y también tiene su historia henequenera!
—En Acanceh se da bien el henequén, por eso hay un montón de haciendas. Yo por lo menos he contado dieciocho.
—¿Tantas, y cuáles son, que yo nunca he oído de ellas?
—Hay unas que se conservan y se pueden visitar, como la de Ticopó y la de Tepich Carrillo. Hay otras que están restauradas con primor como la de Sac Chich, pero es privada; otras están en proceso de restauración y se pueden ver, como Petectunich y Kankirixche.
—¿Y las demás?
—O queda muy poco o están en mal estado de conservación: San Lorenzo Pelé, Sac-Catzín, Santa Cruz Xomuc, Agua Viva, San Francisco Dzitiná, Santa Gertrudis Tzuc, Santa Isabel, Santo Domingo, Uitzá, Canicab y Yunxul.
—De las fiestas de Acanceh ni hablemos donia Way que en un descuido puede uno quedarse comiendo panuchos en la fiesta de la Virgen del Rosario en Tepich, del tres al siete de este mes, o un buen chocolomo en las fiestas de la Guadalupana en noviembre
—Maaa, tú puro comer haces, ¿jah?
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