Máaare mis puruxes, no estoy yo para contarlo ni ustedes para oírlo pero imagínense, me buscaron para decirme que vino directo de París, y no con la cigüeña porque este muchachón ya está bien desarrollado, un investigador muy reconocido a estudiar una estela maya que acaban de descubrir y yo ni corta ni perezosa les dije:
-máaare ninias, ninios, no quiero parecer chocolate amargo, ¿pero qué hace un franchute estudiando a donia Estela?
¡Way! Casi les da su acecido… y enseguida me respondieron…
-Donia Way, es el ilustre Jean Clément Champollion, tataranieto del famosísimo lingüista que tradujo la piedra de Rossetta.
Mare, a mí me pareció sospechoso, el tataranieto queriendo estudiar a doña Estela y el tatarabuelo estudiando la piedra de la señorita Rosseta,…¡Way! más que una familia de investigadores parece una familia de mujeriegos, ¿masinó?
Cuando vieron mi desconfianza, enseguida me aclararon:
– ¡Donia Way, no es donia Estela, es una estela maya de piedra con sus jeroglíficos grabados con nuevos datos para el conocimiento de los antiguos mayas! Y la piedra de Rosseta donia Way, es la piedra con la que el tatarabuelo Champollion pudo traducir los jeroglíficos egipcios.
Yo les respondí a mucha honra:
-ahhhhh, ¿y todos los antropólogos y arqueólogos yucatecos no pueden estudiarla y mandarle por whatssap lo que dice?
Enseguida me explicaron que venía de la prestigiosa universidad francesa de La Soborna, ¡Way! Ahí sí que se me retentó mi wah:
-Máaaaee chiquitos a mí nadie me soborna, faltaba más, claro que después entendí que la SORBONA era el nombre de la universidad, y acepté llevar al francés a Kabah para que conociera, como debe ser, una de las maravillas de nuestra cultura maya.
—Oh lala, ¡qué sol, qué calor!
—Buenos días don Champiñon
—Mr. Champollion madame Way.
—Donia ninio, donia Way.
—¿Qué es esta cite, donia Way?
—Es la gran ciudad de Kabah, mesie.
—(Admirado) ¡una ciudad fantástica!
—Máa, chiquito, pa’que te hagas una idea: había un sacbé de más de 20 km que la unía con Uxmal, la capital política de esta región, de la región puuc.
—¿Quoi?¿Un qué donia Way?
—Un sacbé mi purux, que quiere decir en maya “camino blanco”. Eran las vías que comunicaban las ciudades mayas porque aquí, todos los sacbés te llevan a Chichén Itzá así como los caminos romanos te llevaban a Roma.
—¡Mon Dieu, y eso de allá? c’est le grand arc, un arco maya! Oh la la! c’est increíble!
—Claro que “oh la la, mesie”. Si es el famoso arco de Kabah, tan famoso como tu arco del triunfo en los chan elisé.
—¿Y por quoi tan solito?
—Ahora se ve solito, pero este arco estaba lleno de mayas caminando, acuérdate que aquí empezaba el camino que te llevaba a Uxmal.
—¿Y qué significa Kabah?
—Quiere decir “el señor de la mano fuerte y poderosa” y tiene que ver con esta escultura: fíjate, es un noble maya que tiene en la mano una serpiente.
—(admirado) ¡Son muchas mascaras, madame! Por qué tantas máscaras? ¿cómo se llama este edificio?
—Es el Kodz Poop, que en maya quiere decir “estera enrollada” y no son máscaras, lindo hermoso, son mascarones de Chaac, el dios de la lluvia.
—(Asombrado) ¡Qué narizotas la de estos mascarones, Madame Way!
—Si son como la tuya, nino ¿masinó? Si hasta maya pareces con ese perfil, ay chuch, ¿jah? Pues déjame decirte que aquí en el Kodz Poop los mayas mostraron lo artistas que llegaron a ser. ¡Mira cuánto arte, mesie! Máa, Y eso que to’avía no has visto el Palacio.
—¡Cést celui la!
—¿Qué dijo?
—Ese edificio madame Way?
—Sí, ninio. Es el Gran Palacio de Kabah, el más grande de la ciudad ¿a lo viste?
-¡Je comprends: cést le Palacio de Versalles maya!.
-Era un conjunto residencial, como un hotel…pero sólo para los mayas. Tú tendrías que pagar en euros.
– (disgustado) ¡Yo no voy a pagar un hotel tan caro!
—Igual ni puedes chiquito: Era para la gente de la realeza, mesie, no para cheles y codos como tú.
—Te equivocas donia Way. Por mis venas corre sangre azul.
—Pero no es sangre azul pavo como la de los Xiúsl o los kanul. La tuya es del azul de
la familia Champiñón.
—Champollion, donia Way, Cham-po-llión.